BIENVENIDOS A LA FLORESTA QUE PARECE DE VERDAD

"Los lugares del arte pueden alejarnos del miedo y cuando tenemos menos miedo, somos menos malos."
Jean-Luc Lagarce

¿En dónde quedan los lugares del arte? ¿Dónde están las placas que los señalan? ¿Hay lugares que no son del arte? ¿Hay lugares donde, incluso sin permiso, el arte invade con raíces tentaculares de árboles milenarios, rasgando, destruyendo, ocupando, transformando, desordenando todo alrededor? ¿Todo lo que es real y también lo que no es?

¿Cuál es el lugar del arte?

El área de convivencia del Sesc Santos es sin duda uno de ellos. Al entrar en la unidad, una imponente selva amazónica artificial recibe al público que viene a la 5ª edición de Mirada. Es la instalación Topografías: Utopía y Distopías, de los colombianos de Mapa Teatro. "Este lugar resbala en el bosque, sus vacíos, agujeros, sonidos, enredos, animales, imágenes y guiones (...). “Aquí tenemos hierbas malas, reales y falsas como son las plantas Made in China, que cubren el mundo. Ellas también existen, insisten y persisten aquí. "Un lugar inexistente e imaginario en una idea acallada de bosque", escribe Ricardo Muniz Fernandes, curador del Festival, que invita:

"Entre y descubra la tranquilidad ontológica de saber que existe un matorral donde podemos escondernos, amar, matar y morir. Este lugar fervoroso y fértil -como es el mangue- en el que todos los humanos son animales. Topos da la posibilidad de ser salvajes, civilizados, ignorantes, locos, burócratas y onzas.

La instalación es inédita. Fue creada especialmente para esta edición de Mirada. Preste atención a los detalles: el paso del tiempo se puede sentir a través de la iluminación. Esta simula 24 horas en 2 horas. Hay también algunas pantallas esparcidas, que muestran imágenes de un mundo único, como películas de ciencia ficción, y otras del mundo real y casi extinto, como una onza. En el fondo, es posible oír pajaritos cantando y hasta esperar que ellos posen en alguna de las ramas de la instalación. ¿Será posible? Tratándose de arte, ¿por qué no?

 

Alberto Cerri y André Venancio, editores web del Sesc